viernes, 21 de enero de 2022

Plataforma contra la Cooficialidad del asturiano: "No queremos llegar a los enfrentamientos que vemos en otras comunidades"

 

Beatriz Zapico, la portavoz de este movimiento ciudadano, pide una consulta no vinculante pero advierte: "Adrián Barbón se opone porque la mayoría votaría 'no'"

 La Plataforma contra la Cooficialidad es un movimiento ciudadano que responde al impulso de la oficialidad del bable y del eo-naviego como lenguas oficiales en Asturias. Mientras en la Junta General del Principado se negocia el respaldo decisivo del diputado de Foro, Adrián Pumares, para alcanzar los 27 votos necesarios y reformar el Estatuto, la portavoz del movimiento, Beatriz Zapico, observa una fractura entre la voluntad de la ciudadanía y la de sus representantes y considera que la oposición a la oficialidad atraviesa todas las ideologías.

¿Por qué nace la Plataforma contra la Cooficialidad del asturiano?
 
Porque no queremos la imposición lingüística. Siempre hemos convivido, perfectamente y sin ningún tipo de conflicto los asturianos que hablan bable y los que no queremos que nos impongan la llingua. Nunca hubo ningún conflicto al respecto, pero se está poniendo encima del tablero político una reforma del Estatuto que conllevaría la imposición del bable. Obligaría a que en la educación las asignaturas o parte de ellas fueran en bable, que nos dirigiésemos a la Administración en bable, y nos afectaría a nivel personal a todos porque en el momento en que el bable fuese oficial habría que utilizarlo, saber escribirlo, saber hablarlo, y además en Asturias no hay un único bable, en cada zona se habla de una manera diferente, y sería imponernos un bable artificial, porque no hablan igual en el Eo, en el Oriente o en las Cuencas. Se impondría un bable que es inexistente, se tendría que hacer para imponernos a todos esa creación. Nosotros respetamos a los que lo hablan, por supuesto, porque nunca ha habido ningún problema.
 
El presidente de Asturias, Adrián Barbón, se ha referido siempre de un modelo de oficialidad "amable", y ha llegado a detallar que el asturiano no será vehicular ni se va a exigir en las oposiciones a los médicos. ¿Qué límites les parecerían a ustedes suficientes?
 
No habría límites. En el momento en que se imponga la oficialidad del bable cualquier persona puede expresarse en bable, puede escribir en bable, puede dirigirse a la Administración en bable y exigir que le contesten en bable. Es decir, no hay una cooficialidad amable, que es la que nos quieren vender. La amabilidad en estos temas no existe. ¿Por qué? Porque tú estás en un procedimiento judicial y si un testigo quiere hablar bable, pues tendríamos que poner un traductor, porque no lo entenderíamos. Por lo tanto, no hay cooficialidad amable. En el momento en que se reforme el Estatuto, va a ser obligatorio para todos el empleo del bable tanto oral como escrito.
 
Los partidarios de la oficialidad están a punto de conseguir los 27 votos que necesitan en la Junta General del Principado para aprobar la reforma del Estatuto. Eso supone una mayoría de tres quintos de la cámara. ¿No refleja esta proporción el apoyo de los asturianos? ¿Hay una quiebra entre la representación en la cámara y lo que dicen los asturianos en la calle?
 
Totalmente. Soy asturiana, como mis padres y mis abuelos, y no hablamos bable. Soy de la Cuenca del Nalón y empleo a veces expresiones en bable, que son completamente diferentes a las que pueden emplear en otras zonas de Asturias. Nosotros siempre hablamos en español. El porcentaje de asturianos y asturianas que hablan bable hoy en día es ínfimo. Por lo tanto, no pueden imponer un bable que no se habla. Nosotros hablamos lo que nos enseñaron nuestros padres, y hablamos en español, no hablamos bable. Que en determinadas localidades haya personas que empleen su propio bable, por decirlo de alguna manera, no quiere decir que sea masivo el empleo de la llingua, en absoluto.
 
¿Cuál es el pulso que toman en la calle?
 
Estamos haciendo una campaña de recogida de firmas y son sorprendentes los resultados. El 16 de octubre, en Gijón, en dos horas se recogieron 1.800. Son constantes las peticiones de información porque hay muchísimas personas, muchos asturianos, asturianas, y gente de otras comunidades que residen aquí que se están interesando porque están viendo que vamos de cabeza a una imposición lingüística que no deseamos. Además, siempre hubo una convivencia muy pacífica. Las personas que quieran hablar bable, que lo hablen. ¡Pero si nunca hubo ningún problema! Se abrió la caja de los truenos y ahora van a acabar consiguiendo enfrentarnos los unos a los otros cuando no existía absolutamente ningún problema en este asunto. La gran mayoría de los asturianos y asturianas no hablan bable y además no queremos las imposiciones lingüísticas. Es una cuestión de respeto y de libertad, nada más.
 
Tres partidos se oponen en la Junta General del Principado a la cooficialidad del asturiano: PP, Ciudadanos y Vox. ¿Por qué defender esa misma causa fuera del ámbito político? ¿Es que los partidos no despliegan suficientemente sus recursos para movilizar a la sociedad?
 
Nosotros somos una plataforma de ciudadanos y ciudadanas. Queremos desvincularnos de cualquier partido político porque dentro de la plataforma hay personas que son de Vox, del PP, del PSOE, del Foro y de Podemos, que no quieren la imposición lingüística. Como ciudadanos, que siempre estamos silenciosos, es el momento de dar un paso adelante y mostrar públicamente que no queremos la imposición lingüística. Siempre defino estas situaciones como el silencio de los corderos. Pues bien, creo que los corderos en este caso cada vez estamos siendo menos silenciosos y la gente se está dando cuenta de que es ahora o nunca, porque en el momento en que se apruebe la reforma del Estatuto que conlleve una oficialidad de la llingua, ya no tendremos nada que hacer. Y estamos observando, porque lo tenemos delante de nuestras narices, lo que está ocurriendo con las lenguas en otras comunidades, como Baleares, Valencia o Navarra. La lengua tiene que servir para comunicarnos, para acercarnos unos a otros, no puede ser la causa que nos separe, que nos enfrente. No queremos llegar a estas situaciones que estamos observando en otras comunidades: enfrentamientos por un lenguaje. Cuando todos sabemos español, ¿por qué hay que crear un conflicto donde nunca lo ha habido? Y los ciudadanos, aparte de los partidos políticos, tenemos muchas cosas que decir. Somos los que votamos a los representantes políticos, pero en este caso, en esta plataforma, queremos apartarnos de cualquier vinculación política. Hay miembros, y cada vez más voluntarios, de cualquier afiliación, que te dicen: "No queremos imposiciones, queremos seguir conviviendo tranquilamente, pacíficamente los unos con los otros porque no se puede crear un problema donde nunca existió".
 
Los defensores de la oficialidad les acusan de ser un instrumento de Vox.
 
No es cierto. Yo te pongo mi ejemplo. Soy asturiana y no estoy afiliada a ningún partido. Que haya personas que formen parte de la plataforma o voluntarios que voten a Vox, es respetable, igual que respetables son los que votan al PSOE, y también nos apoyan, y a Podemos, y a Izquierda Unida... porque aquí cabemos todos. Esa vinculación que quieren hacer los que están a favor de la oficialidad para desprestigiar la plataforma porque detrás puede haber personas de Vox, yo ya les digo rotundamente que no. Damos cobijo a todos aquellos que quieren expresar públicamente su rechazo a la imposición lingüística.
 
¿Cuántas personas forman parte de la Plataforma?
 
Recibimos llamadas constantemente. A través de los medios y de las redes sociales se están dando cuenta de que hay muchas personas que queremos lo mismo. Cada vez que se instala una mesa de recogida de firmas llegan cientos de solicitudes para ver qué es lo que pueden hacer y cómo pueden colaborar. Y acuden personas, a las cuales no les preguntamos a quién votan, pero que con su carpeta y con su hoja de recogida de firmas, se pasan dos horas hablando con la gente, explicando para qué es la recogida, y están encantados. Y no los conocemos hasta el día que se pone la mesa. Es decir, que tienen claro a lo que van. Que quieren mostrar públicamente, como ciudadanos, su rechazo a la imposición lingüística, nada más.
 
No tienen una cifra.
 
A medida que van transcurriendo las semanas, como cada vez se solicitan más permisos para instalar las mesas, cada vez somos más. Yo soy la portavoz. Hay otras personas que se dedican a derivar esas peticiones de colaboración a diferentes mesas según la localidad en la que las instalemos. Llegas allí e igual te encuentras con 25 personas que están recogiendo firmas a las que ni siquiera conoces. Simplemente se inscribieron como voluntarios y te encuentras ese día gente maravillosa, ciudadanos, la mayoría asturianos y asturianas, y muy colaboradores y todo el mundo está encantado. Porque además yo quiero matizar que no queremos enfrentamientos, no nos estamos enfrentando a quienes defienden la oficialidad, ¡faltaría más!, pero simplemente les pedimos el mismo respeto que nosotros hacia quienes quieren hablar o escribir en bable. El mismo. Es una cuestión de libertad y respeto.
 
Lo cierto es que el camino hacia la oficialidad ya está generando bastante división en los propios partidos. ¿Qué opinan sobre la campaña de Vox señalando al diputado del voto decisivo, Adrián Pumares?
 
Yo no me quiero meter en temas políticos, por eso somos una plataforma cívica. Cada uno realiza la campaña que considere. Yo puedo considerar que a lo mejor yo no habría hecho esa campaña, pero no soy de Vox, ni del PSOE ni de ningún otro partido. No puedo entrar a valorar lo que yo no hago. Sé que existe esa campaña, pero realmente, ahí no puedo entrar porque no puedo calificar algo que no he hecho.
 
En los últimos días dos veteranos socialistas, el ex presidente Juan Luis Rodríguez-Vigil y el ex consejero de Agricultura Jesús Arango, se han expresado en contra de la oficialidad, convirtiéndose en las primeras voces críticas dentro del PSOE en mucho tiempo. ¿Por qué cree que son los únicos a pesar de que el viraje del PSOE se aprobó en 2017 por la mínima?
 
Son los únicos porque en este momento gozan de una gran capacidad de libertad de expresión, porque ya están alejados del partido. Quiero recordar que dentro del PSOE había casi igualdad entre los que estaban a favor y en contra de la cooficialidad. Dentro de la Federación Socialista Asturiana había muchísimos socialistas que no estaban a favor. Esto hay que tenerlo muy claro, porque pensamos que todo el mundo socialista quiere la cooficialidad y no es así. Y es muy llamativo, en las declaraciones que hizo Rodríguez-Vigil, que él consideraba que el posible voto que pueda emitir Pumares por Foro, es tan mínima esa diferencia... Es decir, un voto puede obligar a que un millón de asturianos y asturianas tengamos que hablar bable, escribir bable, y obligarnos, como cooficial, al empleo de la llingua. A mi me parece absolutamente insuficiente, y de hecho, él propuso un referéndum. El presidente Barbón dijo que no procede un referéndum, pero sí que procede una consulta no vinculante. ¿Por qué no se celebra? Lo tengo muy claro, porque hay muchísimas más personas que votarían en contra de la cooficialidad que a favor. Entonces, si estamos en un país democrático, ¿por qué no se quiere escuchar a los ciudadanos y a las ciudadanas de Asturias?
 
¿Proponen esa consulta no vinculante desde la Plataforma?
 
Sí nos gustaría que antes de imponer a un millón de personas el uso del bable, que preguntaran. Muchos asturianos y asturianas están en casa y no se creen que esto pueda pasar, no creen que ese momento va a llegar. Pero es que ese momento está muy cerca. Confiamos que no llegue nunca, pero es que está muy cerca. Sería un medidor estupendo esa consulta no vinculante. Vamos a escuchar lo que nos dicen los asturianos y asturianas. ¿Por qué hay que tener temor a que votemos? Escúchennos. Porque claro, que un voto solo decida una imposición lingüística, la verdad, hay un desequilibrio enorme de fuerza. Es la mínima. Se necesitan 27 votos a favor, 
parece ser que hay 26 y un solo voto que imponga una oficialidad del bable, me parece tremendo.
 
Adrián Pumares, el diputado decisivo para alcanzar los 3/5 de la cámara necesarios para reformar el Estatuto, pertenece a un partido, Foro Asturias, que concurrió a las elecciones con un programa que no comprometía la oficialidad. El otro diputado de la formación, Pedro Leal, denunció este miércoles "el filibusterismo del tránsfuga Pumares y sus cómplices". ¿Han detectado esta fractura en el cuerpo electoral de Foro?
 
Me están llamando muchas personas diciéndome: "Voté a Foro, y ahora me siento engañado y defraudado". Un periodista me lo dijo: "Mira, esto no era Foro. Foro jamás estuvo a favor de esa cooficialidad, jamás". Me parece que Foro tiene 34.800 votantes, y la gran mayoría no estaban a favor. Estoy segura y convencida que si dicen que Foro iba a realizar una propuesta o valorar esta cooficialidad no se lo creerían. Y yo creo que se va a fragmentar mucho. Esta es mi opinión personal. No sé si sería muy ventajoso para Foro apoyar la oficialidad, porque yo conozco muchos votantes de todos los partidos y de Foro que me lo han dicho. Es que es más, en el debate que se transmitió para las elecciones asturianas Carmen Moriyón dijo expresamente que no estaban a favor de la cooficialidad. A mí me lo dicen: "Si hubiéramos sabido que se iba a producir ese viraje, no habríamos votado a Foro".
 
Hemos visto cómo se puede defender la oficialidad desde la derecha y desde la izquierda. ¿También es posible oponerse desde posiciones de izquierda?
 
Si hay un partido que gobierna Asturias, que es el Partido Socialista, y que muestra una postura respecto del bable, mostrar públicamente tu rechazo a la posición oficialista, creo que no lo hace nadie. Por eso era tan importante una consulta no vinculante, porque el voto es secreto y nadie sabe cuál es tu opinión. En la última recogida de firmas había un señor que dijo que votaba al PSOE y la conversación que mantuvo era íntegramente en bable, había palabras que no le entendía, y dijo él: "Pero lo hablo porque quiero, no porque me lo impongan". Es cuando te quedas sorprendida. Es respeto, quienes quieran hablarlo, que lo hablen. El Estatuto lo dice muy claramente: que se va a promocionar el uso del bable en los medios de comunicación, en la educación. Si quedó corto el Estatuto, si quedó corta la Ley de Uso y Promoción del bable del año 98 ¿por qué no se desarrolló un reglamento? ¿por qué no se creó para desarrollar esa ley? No lo hay, y nadie lo ha solicitado. No quiero que desaparezcan las variantes de bable. Soy asturiana y quiero a Asturias exactamente igual que cualquier otro asturiano. No quiero que se pierdan las tradiciones, no quiero que se pierda el bable, no quiero que se pierda nada de nuestra cultura. Pero estar en contra de una imposición lingüística no significa lo otro. No atacamos a nadie. Sencillamente decimos que no. Pero que se mantenga toda la tradición asturiana, que se mantengan todas las hablas o las diferentes versiones de bable estamos todos de acuerdo, pero quienes abogan por la oficialidad abogan la imposición de un bable único. ¿Qué pasa con las otras versiones? ¿Qué bable imponemos? A los de la zona del Eo les decimos "no, mira, vas a hablar este bable". Hay circunstancias que verdaderamente son rocambolescas. Rotularon los nombres de los pueblos a veces de tal forma, utilizando ese bable que creen que es el único que debe emplearse, y que los vecinos dicen: "Pero si jamás nuestro pueblo se llamó de esta manera". ¿Cómo se aúnan todas esas variantes locales que el Estatuto dice que hay que respetar en un solo bable? La cooficialidad iría en contra del respeto de todas las variantes locales. ¿No será más rico seguir manteniendo siete formas de hablar el bable que imponer una sola? Yo no tengo la más mínima duda.
 
¿Cuántas firmas llevan recogidas ya?
 
Llevamos recogidas más de 10.000. Con cada mesa solemos recoger más de mil, dependiendo de las localidades. El 6 de noviembre volvemos a poner mesa en Gijón y también en Avilés. Cada vez más voluntarios nos llaman de diferentes puntos diciendo: "Oye, ¿cómo me podéis acercar una mesa para instalarla?" Nuestra intención es recorrer toda Asturias para la recogida de firmas y luego presentarlas en la Junta.
 
¿Cuál es el propósito, qué van a hacer con ellas?
 
El propósito es presentar en la Junta General del Principado las firmas para evidenciar públicamente que todas esas personas que aparecen con su nombre y su DNI no quieren la imposición lingüística, están en contra de la cooficialidad. Y después, hemos previsto una gran movilización para que nos acompañen todos los asturianos y asturianas a la calle, porque la calle no tiene que ser sólo de unos. Es el momento, hay oportunidades que no pueden dejarse pasar. Una vez que se consiga ese voto número 27, ya no tenemos nada que hacer. No hay amabilidad en los temas de cooficialidad. Va a haber una ley de obligado cumplimiento. Eso que quede claro. Otra cuestión que hay que tener muy en cuenta: se hicieron estudios acerca de cuánto costaría esa cooficialidad. La última persona con la que hablé sobre esto formó parte de la Junta General, y me dijo que serían 74 millones de euros anuales para el uso y promoción del bable, para su inclusión en las escuelas, para todas las necesidades que esa cooficialidad va a conllevar. Esos 74 millones, ¿de dónde van a salir? ¿De qué vamos a prescindir para desviar esa ingente cantidad? ¿A qué vamos a renunciar, a residencias de la tercera edad, a ayudas sociales, al fomento de la natalidad? Porque dinero para todo no hay. Los presupuestos son los que son. Yo preguntaría a los asturianos y a las asturianas a qué están dispuestos a renunciar cuando llegue la imposición lingüística. Porque ese es un tema muy importante. Pensamos que los millones nos van a caer del cielo y que esto va a resulta gratuito, y no es así. En Asturias estamos en unas condiciones económicas terribles a todos los niveles. No tenemos apenas comunicación con el exterior, seguimos manteniendo nuestro peaje, la pirámide demográfica asusta, porque no hay niños. Tenemos la población más envejecida de Europa, las industrias se nos van y yo creo que en este momento hay temas muchísimo más prioritarios que el bable para destinar los millones de un presupuesto. Es que es incomprensible, porque además no era una demanda social.
 
¿Y ahora empieza a serlo? Al abrirse el debate, ¿ha podido ocurrir que personas que antes eran indiferentes ahora sienten que se están vulnerando unos derechos que no reclamaban?
 
Creo que la gente que está a favor de la oficialidad conoce todos sus derechos. Al contrario, los asturianos que no conocían o no estaban muy cercanos al tema de la cooficialidad ahora se están dando cuenta de lo que va a conllevar, porque tenemos las referencias de otras comunidades y cuando escuchas que en Baleares se ha prescindido de profesionales médicos porque no sabían catalán, empiezan a pensar: ¿esto no pasará aquí? Porque, en 2017, en Baleares la cooficialidad era amable y estamos en el año 2021 y de amabilidad, nada. Ahora es el momento en que aquellos asturianos y asturianas que no hablaban de este tema comienzan a hacerlo. Cada vez los corderos son menos silenciosos. Estamos dando pasos hacia delante y mostrando que no se necesita un partido político para salir a la calle a reivindicar nuestros derechos. Espero que nos apoyen los partidos en la futura movilización que pensamos hacer.
 

La Plataforma contra la cooficialidad pone en marcha una recogida de firmas contra la oficialidad del asturiano

 

La Plataforma contra la cooficialidad ha decidido poner en marcha una campaña de recogida de firmas contra la cooficialidad del asturiano en el Principado. La campaña dará comienzo este sábado 11 de septiembre, a las 12.00 horas, con la colocación de una carpa informativa en la calle Nueve de Mayo de Oviedo, junto a Salesas.

La Plataforma ha cursado invitación al PP, Vox, Ciudadanos y Foro para que se sumen a la campaña y apoyen con su logística, voluntarios y recursos para llegar a todos los rincones de Asturias. "Esperamos que todos los partidos a los que nos hemos dirigido apoyen la campaña y, entre todos, seamos capaces de parar esta locura. Por eso pido a todos las formaciones que aparten la lucha partidista y antepongan los intereses de los asturianos, porque con la cooficialidad Asturias se la juega" señala la portavoz de la plataforma, Berta García.

"Con esta campaña pretendemos recoger el sentir de la inmensa mayoría de la población asturiana que ve con preocupación el proyecto de Adrián Barbón de iniciar los trámites de reforma del Estatuto de Autonomía para imponer la cooficialidad de la llingua", señala García.

Y añade que sería "una cooficialidad que obligaría a que la llingua pasara a ser lengua vehicular en el sistema educativo y, en consecuencia, a que asignaturas troncales tuvieran que ser impartidas en llingua dificultando la comprensión y el aprendizaje de nuestros hijos".

"En Asturias todos nos entendemos y no hay ningún déficit de comunicación social que justifique la oficialización de una neolengua artificial creada por cuatro aprovechados y con la que sólo buscan enriquecerse a base de subvenciones y chiringuitos y obtener privilegios en el acceso a las plazas de funcionario", concluye Berta García.

Beatriz Zapico, nueva portavoz de la Plataforma contra la cooficialidad del asturiano

 

La Plataforma contra la cooficialidad del asturiano ha realizado una profunda reorganización interna y ha nombrado a Beatriz Zapico nueva portavoz de la plataforma, que con el impacto de la campaña de recogida de firmas contra la imposición de la cooficialidad de la llingua, llevada a cabo en las últimas semanas, ha generado un incremento exponencial del número de voluntarios.

Beatriz Zapico es abogada y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, langreana y residente en Gijón desde hace años, asume el compromiso de visibilizar la negativa de los asturianos a la imposición lingüística de la llingua "y alertar de las negativas consecuencias que, sin duda alguna, generará a nivel educacional, profesional, empresarial y económico, el bilingüismo pretendido, tal y como ha ocurrido en regiones como Baleares, Cataluña, País Vasco o Valencia", señalan desde la plataforma.

 

Beatriz Zapico, nueva portavoz de la Plataforma contra la cooficialidad del asturiano


La Plataforma contra la cooficialidad del asturiano ha realizado una profunda reorganización interna y ha nombrado a Beatriz Zapico nueva portavoz de la plataforma, que con el impacto de la campaña de recogida de firmas contra la imposición de la cooficialidad de la llingua, llevada a cabo en las últimas semanas, ha generado un incremento exponencial del número de voluntarios. Beatriz Zapico es abogada y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, langreana y residente en Gijón des ...

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(c) 2022 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.


Beatriz Zapico, nueva portavoz de la Plataforma contra la cooficialidad del asturiano


La Plataforma contra la cooficialidad del asturiano ha realizado una profunda reorganización interna y ha nombrado a Beatriz Zapico nueva portavoz de la plataforma, que con el impacto de la campaña de recogida de firmas contra la imposición de la cooficialidad de la llingua, llevada a cabo en las últimas semanas, ha generado un incremento exponencial del número de voluntarios. Beatriz Zapico es abogada y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, langreana y residente en Gijón des ...

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Beatriz Zapico, nueva portavoz de la Plataforma contra la cooficialidad del asturiano


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Beatriz Zapico, nueva portavoz de la Plataforma contra la cooficialidad del asturiano


La Plataforma contra la cooficialidad del asturiano ha realizado una profunda reorganización interna y ha nombrado a Beatriz Zapico nueva portavoz de la plataforma, que con el impacto de la campaña de recogida de firmas contra la imposición de la cooficialidad de la llingua, llevada a cabo en las últimas semanas, ha generado un incremento exponencial del número de voluntarios. Beatriz Zapico es abogada y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, langreana y residente en Gijón des ...

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Impulsar el bable en Asturias costará 70 millones más que mantener la red de residencias de ancianos

 

Los diputados de Vox, Ignacio Blanco y Sara Álvarez, abandonan el hemiciclo en protesta por las intervenciones en asturiano. Foto: EP

Las estadísticas y los sondeos de opinión en Asturias son contundentes: una gran mayoría de los asturianos dan la espalda a la cooficialidad del bable. Sin embargo, el PSOE y Podemos, junto con Izquierda Unida y el apoyo de Foro Asturias –el partido fundado por Francisco Álvarez-Cascos–, insisten en sacar adelante un proyecto que, según cálculos, podría alcanzar un gasto público de alrededor de 70 millones de euros. Una cifra que, por contextualizar, es superior a los 69 millones de euros que se gasta el Principado en el mantenimiento de toda la red de residencias de ancianos públicas de Asturias, la región más envejecida de España.

Los 27 diputados que han mostrado su apoyo a votar la cooficialidad del bable anticipan que Asturias se sumará al club de comunidades autónomas con una lengua propia. Pero como denuncia buena parte de la sociedad civil asturiana e insisten en la Junta del Principado los grupos de Vox o PP, lo que se va a impulsar en Asturias es una «lengua de laboratorio».

Vox dirige en Asturias la contraofensiva contra la cooficialidad del bable. El Gobierno asturiano la ha denominado «cooficialidad amable», para tratar de sumar apoyos insistiendo en que la reforma de la ley hará hincapié en el derecho a hablarlo y no a la obligatoriedad de conocerlo. Sin embargo, desde Vox consideran que esa declaración es poco menos que un caballo de Troya, una forma de incluir la obligatoriedad por la puerta de atrás en base a futuras leyes. Normativas que, como ha advertido el portavoz de Vox en Asturias, Ignacio Blanco, podría obligar en un futuro a que «en tu negocio tendrás que atender en llingua». El pasado mes de mayo, los diputados de Vox abandonaron el parlamento asturiano en protesta por el uso que desde Podemos se hacía del bable en la Cámara, sin que sea una lengua oficial.

Según los cálculos de los promotores de la cooficialidad, que el bable sea lengua generaría alrededor de 30.000 empleos en Asturias. Precisamente las 30.000 personas que se manifestaron en octubre en Oviedo a favor de la cooficialidad. Sin embargo, lo que ninguna de esas plataformas ha explicado hasta ahora es el coste que supondrá para las arcas públicas poner en marcha la cooficialidad, impulsar el bable y acomodarlo en la estructura de la administración pública.

Mientras el Gobierno defiende que ese coste será prácticamente inapreciable, desde la Plataforma contra la Cooficialidad advierten que podría alcanzar una cifra que ronda los 70 millones de euros anuales.  El cálculo se basa en la estimación media del gasto público que se registra en comunidades con lenguas cooficiales, que van acompañadas de partidas ocultas y gastos imputados a otros programas.

Según el estudio realizado por la Plataforma contra la Cooficialidad, el coste medio por habitante que se destina a las lenguas cooficiales es de entre 46 y 49 euros, por lo que con una población que supera ligeramente el millón de habitantes, eso supondría unos 50 millones de euros. A ello habría que sumarle la partida de adecuación de la administración local -ayuntamientos- al bable, que según ese estudio superaría los 7 millones de euros.

Poner en marcha una lengua cooficial, en términos burocráticos, supone un desembolso extra. El estudio hace referencia al caso de Bruselas, donde el flamenco se unió como oficial al francés -la lengua más utilizada en esa región- generando una serie de costes que, trasladados a Asturias, el estudio eleva a unos 14 millones de euros en los primeros 5 años de desarrollo de la cooficialidad.

Ese coste de 70 millones de euros, por darle un contexto, supone el coste de 16.500 plazas de educación escolar o de 23.500 operaciones hospitalarias. Es superior también a los 69,7 millones de euros que el Principado ha consignado en los presupuestos actuales para los gastos corrientes y de servicio de la red de residencias de mayores. Una de las asignaturas pendientes en la región más envejecida de toda España. Con los nacimientos bajo mínimos, con el triple de fallecimientos que nacimientos, con más de 100.000 jóvenes que han abandonado la comunidad en las últimas dos décadas, el Principado se enfrenta al invierno demográfico más acusado del país. Las cifras muestran que Asturias puede considerarse casi como un espécimen en peligro de extinción.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Nos Faltaba el Bable

El asunto del bable oficial en Asturias ha sido un tema recurrente cada cierto tiempo pero de perfil bajo. Nos podemos imaginar que siempre son los grupos de izquierda, desde la moderada hasta la extrema, los que se encargan de recordarlo. Aunque está alguna élite, de las llamadas de la cultura, la que aparece también aportando su granito de arena.

Recuerdo en mis tiempos de estudiante de Filología inglesa en la prestigiosa Universidad de Oviedo (al menos en ese campo) a finales de los 80, como algún profesor del ámbito de Alarcos, nos deslizaba alguna vez en clase, la idea de que el bable tenía que ser oficial. Que el tal o cual profesor o profesora no hablara ni una palabra de bable, seguramente era la causa de que lo insinuara tímidamente.

Con esto se llega muy rápidamente a la raíz de este ridículo problema. El bable o asturiano o “llingua” tiene 0 hablantes nativos. Cuando digo 0, es 0. Y es 0 básicamente, porque en Asturias no existe concepto de país, nación o similar. Y si no existe el cimiento, no existen estructuras. Se dice que “Asturias es España y lo demás tierra conquistada” y ahí se queda el tema.

En la calle no se oye bable, en los bares no se oye bable, en las casas no se oye bable y así podemos seguir hasta en nivel que queramos. Se oye eso sí, un habla que es simplemente la manera de hablar de un determinado sitio, con sus modos y modismo. Un habla asturiana como puede haber en cualquier lugar del mundo porque todos los lugares del mundo tienen su habla.

Si alguien dice “yes” por eres, “güelu” por abuelo, “vite” por te vi, “esi” por ese, eso no es hablar bable. Si se le pide a ese hablante mantener una conversación breve en asturiano (el que viene en la Academia de la Llingua por ejemplo) , sería totalmente incapaz porque la tal lengua ni se ha desarrollado en el tiempo ni menos aun en los hablantes. Dudo mucho que hubiera un bable independiente del castellano por mucho que nos saquen textos literarios del siglo XVII. ¿Así hablaba la gente de entonces?

Lo que se oye de bable solo está en las televisiones públicas asturianas, donde salen presentadores con su llingua divertida hablando con los paisanos de aldeas que les contestan en español, como no podía ser de otra manera. Y es que tales presentadores hablan un bable impostado, aprendido a la edad de 25 años, que les sirve para hacer el programa. Conste que esto ni parece bien ni mal (me hace hasta gracia) pero la realidad es la que es. Uno pregunta en su bable y el otro le contesta en español…
Lo que me parece mal, fatal, horrible, es el intento (una vez más) de la izquierda radical y cutre que tenemos en Asturias y en el resto de España, de sacar tajada en forma de subvención con este tema. En estos días, se ha revolucionado el gallinero de nuevo, con propuestas en ayuntamientos como Gijón, la ciudad de Asturias, donde se “insta a iniciar trámites para que se declare el bable cooficial en el Parlamento asturiano”. A todo esto, con el apoyo sonrojante a “la causa” de Foro Asturias, partido de Cascos que están en minoría municipal.

Por desgracia el tema de los idiomas mal llamados “propios” en España, los carga el diablo porque siempre se utilizan como arma política de desunión y no de unión, de riqueza cultural o de bilingüismo sano. Por mi formación lingüista, me produce desazón ver como en todas y cada una de las regiones con idioma “propio”, haya pasado lo mismo. Se empieza por la “exigencia social”, se sigue por la expulsión del español en el ámbito oficial y educativo y se acaba por el adoctrinamiento más infame en los colegios a niños de 5 años. Yo, que he vivido años en un lugar de idioma “propio”, encima de otra comunidad despreciando el que tenían, sé de lo que hablo.

En el tema de Asturias, lo de la cooficialidad ya no sería ni absurdo; sería delictivo:

a) no hay ninguna demanda social que sea digna de mención.
b) no hay un concepto  de país, nación  etc donde el bable tenga encaje.
c) no hay un número significativo de hablantes del bable, normalizado o sin normalizar.
d) costaría un dinero considerable en impresos, formularios, carteles, traductores, profesores etc  que una comunidad que pierde población cada año (llevamos -5.000 en lo que va de éste), con una larga desindustrialización y unas dificultades de reinvención evidentes, no se podría permitir.

En Asturias necesitamos empresas, trabajadores, población, no tirar el dinero en causas que les viene bien a la izquierda.

Ya se destinan abundantes recursos en educación con profesores de asturiano con su plaza en propiedad y todo para que la demanda real no pase del 15%. Es que no da más de sí. Aunque pueda parecer triste que “un idioma no se hable”, la realidad social es la que es. También se llegó a perder el latín, que es mucho más interesante y significativo que el bable.

Esto responde y para terminar, al intento obsceno de la izquierda de siempre de agarrar cotas de poder abrazando una “causa justa y necesaria” y sobre todo, mangonear a su antojo subvenciones y fondos públicos. El que maneja la pasta, maneja los votos, el que la reparte, cosecha sufragios. No hay más.
Debemos oponernos activamente a este movimiento, que por cierto ni ellos mismos se lo creen. Pero no hay que descuidarse. En este país de imbéciles, las imbecilidades pueden triunfar en cualquier momento.


Si quieren bable, que se lo paguen ellos. Con mi dinero, no.

Por Eloy González para http://www.elclubdelosviernes.org/nos-faltaba-bable-izquierda/

¿Bable en les escueles? | @SJMarques_

Tras el 32º congreso del PSOE Asturiano, los socialistas asturianos han decidido, porque si, impulsar desde su partido político la declaración de oficialidad del asturiano. Y lo harán, según sus palabras, mediante “un modelo de aplicación acorde a las circunstancias sociolingüísticas y a las necesidades culturales de Asturias”. Ahora bien, ¿Asturias tiene necesidades culturales? ¿Las conoce usted amable lector? ¿No, verdad?. Y eso es así porque  las personas normales, no sujetas a paranoias gubernativo-legislativas, bastante tenemos con intentar planificar y cubrir, desde nuestro humilde punto de vista y con todas nuestras limitaciones, nuestras propias y muy particulares necesidades culturales, incluidas las de nuestros hijos, como para ponernos a elucubrar sobre las hipotéticas necesidades culturales del conjunto de los asturianos.

Solo desde una concepción dictatorial del poder gubernamental, y desde un evidente y patológico complejo de superioridad, se puede pretender planificar las necesidades culturales de todos y cada uno de las personas que administrativamente se hallen bajo un determinado gobierno. Porque, ¿Acaso conoce la ejecutiva socialista a mis hijos? ¿Conoce dicha ejecutiva sus gustos, anhelos, intereses, ilusiones, problemas y necesidades? La respuesta es evidente. Y entonces, ¿Cómo se permiten el lujo de pretender decidir por ellos, por mi, que es lo mejor para ellos en materia lingúistico-cultural? ¿Saben ellos mejor que sus padres, ellos que no los conocen, que lengua deben o quieren estudiar? Porque aquí y ahora, no se está discutiendo sobre la posibilidad de hablar o estudiar Bable, se está discutiendo sobre la futura obligatoriedad de estudiar Bable. ¿O acaso está prohibido hoy en Asturias leer y escribir en Bable? ¿Alguien  prohíbe a la población estudiar Bable?

En democracia, un gobierno, un partido político, puede tener ideas equivocadas, puede defender actuaciones económicas más o menos acertadas, puede en definitiva plantear a la sociedad su particular ideología. Pero lo que no  puede, o por desgracia más bien no debería poder, es establecer criterios culturales o lingüísticos con el fin de ir implantando progresivamente en la sociedad, por la vía de la educación, su ideología. Porque eso se tiene un nombre: Adoctrinamiento Social.

Y con respecto a las “circunstancias sociolingüísticas”, pues que quieren que les diga, todos sabemos cuáles son a día de hoy en Asturias. En la actualidad existen numerosas academias privadas que se dedican a la enseñanza de lenguas foráneas. Academias donde los padres de forma libre, y pagándolo de su bolsillo, llevan a sus hijos. Y dichas academias existen porque, sin necesidad de actuaciones gubernamentales de por medio, responden a una demanda social evidente. Si existiese una verdadera demanda social para el aprendizaje del Bable, ¿No creen ustedes que existirían ya, hoy, academias privadas de Bable? Pero es evidente que no existen, y no existen por la sencilla razón de que no existe demanda social para ellas.

¿Estoy yo en contra de la enseñanza del Bable? En absoluto. Como tampoco estoy en contra de la enseñanza del Chino mandarín, del Italiano, del Ingles o del Ruso. Pero de lo que  estoy completamente en contra es que dicha enseñanza sea obligatoria y financiada con el dinero de todos los ciudadanos. Si un grupo de padres quiere que sus hijos estudien Bable o Ruso, ¿Quién se lo impide? ¿Quién se lo prohíbe?...Nadie que yo sepa. Como nadie les impide que estudien mirmecología o astrología. Ahora bien hay una gran diferencia entre querer que tus hijos estudien Bable y querer que todos los niños residentes en Asturias estudien de forma obligatoria Bable. Porque el objetivo final de la oficialidad es la implantación forzosa y obligatoria del Bable en la educación, no otro.


Así que señores del PSOE, quiten sus sucias manos de la educación lingúistico-cultural de mis hijos. El hecho de que haya gente que no sabe qué hacer con sus títulos de filología asturiana, no les da derecho a forzar a mis hijos a estudiar algo que no les interesa con el fin de buscarles un cómodo trabajo. Hoy en día en Asturias ya nos fuerzan a elegir entre la opción de que nuestros hijos estudien de forma obligatoria “Bable en les escueles” o “Folclore asturiano”. Confórmense con eso, que bastante arbitrariedad es ya. 

Por Sergio Marqués Prendes @SJMarques_

No a la imposición del bable | @diebarcelo

¿Hay alguna limitación para que quien quiera hablar en bable pueda hacerlo? No. ¿Hay alguna restricción para editar libros, revistas, periódicos o música en bable? No. ¿Y para comprar esas libros, revistas, periódicos o música? Tampoco hay ninguna restricción. ¿Está prohibido hacer cine o programas de radio o televisión en bable? No. ¿Se persigue a los comerciantes que quieran anunciar sus productos en esa lengua? Tampoco.

La utilización del bable no solo no tiene ninguna restricción, sino que cuenta con el apoyo del gobierno regional, que, por ejemplo, apoya la Academia de la Llingua Asturiana e incorporó el asturiano como materia de estudio en las escuelas. El grado de utilización del asturiano es el que cada día, libremente, deciden las personas que viven en Asturias.

¿Provoca lo anterior algún tipo de conflicto en la sociedad? Ninguno: quien quiere utilizar el bable lo hace, y el que no, no. Entonces, ¿por qué el tema del bable puede ser conflictivo? Porque hay un grupo minoritario de personas que desea que el bable se utilice más. Y para satisfacer sus preferencias están dispuestos a imponer al resto de la sociedad un mayor grado de uso del bable del que esa misma sociedad desea.

Los caminos para llevar a cabo esa imposición son variados. Unos, muy abiertos: la presión para que el bable pase a ser un idioma cooficial. Otros, más sutiles: por ejemplo, la campaña “¡Da-y caña al cañu!” de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón. Por supuesto, ese grupo de personas nunca hablará de “imposición”. Dirán que intentan “salvaguardar el patrimonio cultural”, “normalizar el uso de la llingua”, “defender nuestra historia” y cosas por el estilo.

Como estamos frente a un intento de imponer las preferencias de unos sobre el resto de la sociedad, sorprende y alarma que la alcaldesa de Gijón, señora Carmen Moriyón, haya participado en un acto en favor de la oficialidad del asturiano. Del mismo modo, no sorprenden tanto, pero también alarman, los pasos dados por la nueva dirección regional del PSOE en ese mismo sentido. Todo demócrata debería tener claro que cualquier imposición tiene una raíz totalitaria.

Estamos a tiempo de evitar en Asturias que el tema del bable se convierta en motivo de conflicto, como tristemente ocurre en otras partes de España con el uso de otras lenguas regionales. Todos los que valoramos la libertad deberíamos estar alertas y rechazar cualquier intento de avanzar en su imposición, por más sutil y pequeño que nos parezca.

Aunque probablemente no sea la intención de todos los que defienden la oficialidad del bable, la experiencia de otras comunidades autónomas nos sugiere prestar a este tema la máxima atención: se empieza por el idioma, se sigue con la “identidad” y el “sentimiento de nación”, y se acaba exigiendo un “derecho a decidir” con el que nadie contaba al principio. En el proceso, la sociedad y las familias se van dividiendo en dos bandos enfrentados.


No permitamos ni el más mínimo rasguño a la pacífica convivencia de la que gozamos en Asturias. Aprendamos de los errores ajenos. No aceptemos con ingenuidad el disfraz bienintencionado de algo que en verdad ataca nuestros derechos. Como muestra la experiencia de otras regiones españolas, cada paso que cedamos alentará (y no calmará) a los que quieren imponernos el uso del bable. 



Por Diego Barceló Larran, director de Barcelo & asociados (@diebarcelo)