
Solo desde una concepción
dictatorial del poder gubernamental, y desde un evidente y patológico complejo
de superioridad, se puede pretender planificar las necesidades culturales de
todos y cada uno de las personas que administrativamente se hallen bajo un
determinado gobierno. Porque, ¿Acaso conoce la ejecutiva socialista a mis
hijos? ¿Conoce dicha ejecutiva sus gustos, anhelos, intereses, ilusiones, problemas
y necesidades? La respuesta es evidente. Y entonces, ¿Cómo se permiten el lujo
de pretender decidir por ellos, por mi, que es lo mejor para ellos en materia lingúistico-cultural?
¿Saben ellos mejor que sus padres, ellos que no los conocen, que lengua deben o
quieren estudiar? Porque aquí y ahora, no se está discutiendo sobre la
posibilidad de hablar o estudiar Bable, se está discutiendo sobre la futura
obligatoriedad de estudiar Bable. ¿O acaso está prohibido hoy en Asturias leer
y escribir en Bable? ¿Alguien prohíbe a
la población estudiar Bable?
En democracia, un gobierno, un
partido político, puede tener ideas equivocadas, puede defender actuaciones
económicas más o menos acertadas, puede en definitiva plantear a la sociedad su
particular ideología. Pero lo que no
puede, o por desgracia más bien no debería poder, es establecer
criterios culturales o lingüísticos con el fin de ir implantando
progresivamente en la sociedad, por la vía de la educación, su ideología. Porque
eso se tiene un nombre: Adoctrinamiento Social.
Y con respecto a las
“circunstancias sociolingüísticas”, pues que quieren que les diga, todos
sabemos cuáles son a día de hoy en Asturias. En la actualidad existen numerosas
academias privadas que se dedican a la enseñanza de lenguas foráneas. Academias
donde los padres de forma libre, y pagándolo de su bolsillo, llevan a sus
hijos. Y dichas academias existen porque, sin necesidad de actuaciones
gubernamentales de por medio, responden a una demanda social evidente. Si
existiese una verdadera demanda social para el aprendizaje del Bable, ¿No creen
ustedes que existirían ya, hoy, academias privadas de Bable? Pero es evidente
que no existen, y no existen por la sencilla razón de que no existe demanda social
para ellas.
¿Estoy yo en contra de la
enseñanza del Bable? En absoluto. Como tampoco estoy en contra de la enseñanza
del Chino mandarín, del Italiano, del Ingles o del Ruso. Pero de lo que estoy completamente en contra es que dicha
enseñanza sea obligatoria y financiada con el dinero de todos los ciudadanos.
Si un grupo de padres quiere que sus hijos estudien Bable o Ruso, ¿Quién se lo
impide? ¿Quién se lo prohíbe?...Nadie que yo sepa. Como nadie les impide que
estudien mirmecología o astrología. Ahora bien hay una gran diferencia entre
querer que tus hijos estudien Bable y querer que todos los niños residentes en
Asturias estudien de forma obligatoria Bable. Porque el objetivo final de la
oficialidad es la implantación forzosa y obligatoria del Bable en la educación,
no otro.
Así que señores del PSOE, quiten
sus sucias manos de la educación lingúistico-cultural de mis hijos. El hecho de
que haya gente que no sabe qué hacer con sus títulos de filología asturiana, no
les da derecho a forzar a mis hijos a estudiar algo que no les interesa con el
fin de buscarles un cómodo trabajo. Hoy en día en Asturias ya nos fuerzan a
elegir entre la opción de que nuestros hijos estudien de forma obligatoria “Bable
en les escueles” o “Folclore asturiano”. Confórmense con eso, que bastante
arbitrariedad es ya.
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